Por si os apetece leer una entrevista con Punset sobre varios temas, entre ellos la intuición… Me quedo con la última frase: «el de la mente es el único poder que existe. Y que todo comenzó el día que yo, hace unos 30.000 años, te miré a los ojos e intuí lo que estabas pensando».
http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id_edicion=4987&id=53298
Después de mucho leer en el Blog, tenía que escribir algo… 😛
Me ha parecido fascinante la entrevista con Punset. Tengo que admitir que es un paisano que me cae bien. Demasiado optimista y humanista para mi gusto, pero me cae bien.
Es cierto que el cerebro es un mundo aún por descubrir, y en el que nos queda mucho por aprender… pero de ahí a modificar conductas a base de electrodos, y/o leer la mente, hacer la fotosíntesis a base de comer algas, etc…… voy a discrepar.
Pero aunque discrepe en ciertas cosas, me sigue pareciendo fascinante el mundo de la investigación cerebral. Quizás el enfoque de teoría social, empatía, y «rollito tribu» sea de lo más interesante.
Tú eres muy Punset, no me extraña que te caiga bien… aunque un Punset muuuuuuuy grande. Yo tampoco me veo haciendo la fotosíntesis ni zampado algas, pero sí creo que la investigación cerebral puede ofrecer muchas respuestas que ahora son inalcanzables. Por ejemplo, no se sabe cómo procesa el amor el cerebro… Bueno, se sabe que hay sustancias químicas como las endorfinas, noradrenalina, serotonina y dopamina, que se disparan cuando te enamoras, pero lo que no se sabe es por qué… Y luego, me ha dejado intrigada una cosa que dijo Cova el otro día en el chatimail, sobre que el cerebro siempre nos engaña. Que diga eso una matemática me da un miedo…
a mi la entrevista me dejó loco, de hecho, la semana pasada, la leí tres veces. por un lado, como dice Txemuki, me asustó todo el tema de modificar la conducta… joe, que seguro que yo soy candidato a que me la cambien 😦
además, me gustó la parte en la que dice algo así como que «si no se tienen todos los datos para tomar una decisión racional, es mejor dejarse llevar por el instinto». me entró la duda de cómo saber si tienes los datos necesarios para adoptar la decisión racional…
ante esta imposibilidad de saber si se dispone de toda la información, deduzco que debemos vivir a golpe de corazón.. tampoco es mala política (para algunas cosas)
Rocknrolldealer, es imposible saber si tienes todos los datos para tomar una decisión racional y, aunque los tengas, te puedes equivocar. Actuar a golpe de corazonadas tampoco te garantizará un acierto. De hecho, al menos en mi caso, cuando me he dejado llevar por la patata me he equivocado… -bueno, no siempre-, pero también me he equivocado cuando lo pensé y repensé mil veces… así que va a ser que es imposible hacer caso ni de uno ni de otro… Además, es lo bonito de la vida, no? que siempre es una sorpresa, aunque pueda ser desagradable… Y lo estupendo que es cuando la vida te da una sorpresa de las buenas?? -vale, es que ha salido el sol-…
atenea, ¿entonces qué hacemos?… creo que a lo largo de los años me he decantado mayormente por el lado del instinto que por el racional, aunque tb es cierto que, sobre todo, lo he hecho con las «decisiones intranscendentes».
además, no me importa tanto el resultado… «disfruta del proceso, olvida el resultado»… al fin y al cabo, mis resultados acostumbran a ser negativos, por lo tanto no me queda otra que disfrutar del proceso 😉
Pegarnos un tiro, Rocknrolldealer… Va, en serio, no se puede hacer nada… Tú has dado con la respuesta. Disfruta mientras puedas y cuando la cosa vaya mal intenta arreglarlo o, si no, cambiarlo. Recurriendo al refranero popular: no hay mal que cien años dure…
Si tus resultados acostumbran a ser negativos habrás aprendido mucho de la vida, no? porque normalmente de lo bueno no se aprende absolutamente nada…
un tiro, no. la situación no está como para malgastar balas 😉
sobre aprender, siempre se puede aprender más, además soy un tanto despistado…
Es cierto, lo único bueno que tienen los tropiezos y los resultados negativos es que, viéndolos desde una perspectiva enseñanza, se pueden sacar enseñanzas y lecciones de cara al futuro. De las cosas nuevas, de los éxitos, es más difícil aprender.
«El elogio debilita». La frase es de Guardiola, no de Sartre, pero tiene toda la razón del mundo. Por eso el Barça, que lo ha ganado todo, tiene más complicado mantener la tensión necesaria para intentar conseguir los mismos resultados. Por eso el Madrid, que no viene de ganar nada, tiene una ventaja con respecto a ellos. El año pasado no ganaron una mierda y esperan haber aprendido de los errores. Sí, sé que la comparación futbolera es mundana… pero vale como ejemplo, ¿no?
De cualquier manera es mejor intentar ganar, sin que la derrota no lleve a frustración y siendo conscientes de que somos humanos y nos equivocanos cada dos por tres, ya nos dejemos llevar en nuestras decisiones por la lógica o por el instinto. Lo ideal para tomarlas sería saber combinar ambas correctamente, pero… ¿quién conoce la fórmula de la coca-cola? Con la experiencia sólo nos podremos acercar a ella, pero nunca calcarla.
hombre del éxito también se aprende, probablemente menos que del fracaso, pero se aprende. el problema reside en creer que lo sabes todo y que eres infalible
Quería decir «viéndolos desde una perspectiva positiva», no desde una perspectiva «enseñanza». Es lo que tiene la dislexia…
Y en vez de «las cosas nuevas» quería decir «las cosas buenas». La dislexia ataca de nuevo…
Jopetas; lo siento, pero mi opinión es que la persona que ha escrito esto no dice más que una tontería después de otra. Argumento lo que acabo de decir. Yo también he estado estudiando el comportamiento del cerebro durante los últimos años. A través de redes neuronales, algoritmos genéticos (lo cual, por cierto, es acojonante), y un último descubrimiento; la lógica difusa.
Vale. Hay un momento en que dice “cuando no dispones de toda la información, es mejor tomar decisiones inconscientes”. Todo lo contrario demonios; tienes dos procesos, la memoria y el raciocinio. Si tienes todos los datos lo único que haces es acudir a la memoria para ver cómo se resolvió el problema en el pasado. De hecho, si dispones de todos los datos por norma general, lo que ocurre es que el raciocinio se atrofia y no eres capaz de resolver un problema nuevo cuando este se presenta. Sin embargo, cuando no los tienes (es decir, por norma general), te ves obligado a extrapolar información. Comparar y deducir cual será probablemente el resultado. Y acabas realizando una acción que crees que probablemente conducirá a la solución buscada. Aunque no estás seguro.
“La conciencia sirve solo para situarnos en el tiempo”… genial. A la mierda todos el raciocinio de la humanidad. A tomar por saco la capacidad de extrapolar e inventar. A la mierda todos nosotros. Una corazonada, querido profesor, es un proceso racional basado en la información que tienes disponible, pero que no sabes cómo va a terminar. Pero la has pensado. Lo cual, por cierto, no tiene nada que ver con el instinto. El instinto está, efectivamente, por debajo del proceso racional; y no tiene nada que ver con una corazonada. La intuición se basa en la razón; el instinto no. A ver si dejamos de mezclar conceptos y estudiamos un poquito más.
Por otro lado, el poder del cerebro se basa en elementos acojonantemente consistentes (llamadas neuronas ocultas), ¿y qué puñetas va a pasar en los próximos 25 años?; vale, lo de la fotosíntesis era un coña, de acuerdo, ¿pero y lo de los 25 años en comparación con los 3.000 millones de años?. Que por cierto, nosotros llevamos aquí 1 millón de años (aunque en el anuncio de Foster Hollywood diga “tú, carnívoro, que cumples dos millones de años…”).
No me ha gustado nada. Lo siento.
Para intentar poner algo interesante, os dejo con el problema del viajante.
Sean N ciudades de un territorio. El objetivo es encontrar una ruta que, comenzando y terminando en una ciudad concreta, pase una sola vez por cada una de las ciudades y minimice la distancia recorrida por el viajante. Es decir, encontrar una permutación
La solución más directa es la que aplica la fuerza bruta: evaluar todas las posibles combinaciones de recorridos y quedarse con aquella cuyo trazado utiliza la menor distancia. El problema reside en el número de posibles combinaciones que viene dado por el factorial del número de ciudades (N!) y esto hace que la solución por fuerza bruta sea impracticable para valores de N (no muy altos) con los medios informáticos que disponemos actualmente. Por ejemplo, si un ordenador fuese capaz de calcular la longitud de cada combinación en un microsegundo, tardaría algo más 3 segundos en resolver el problema para 10 ciudades, algo más de medio minuto en resolver el problema para 11 ciudades y 77.146 años en resolver el problema para sólo 20 ciudades.
Por ejemplo las rutas posibles entre 12 ciudades son 479.001.600 combinaciones.
No obstante nuestro cuerpo es capaz de resolver este problema. Si codificamos una molécula con N electrones, de tal manera que queden localizados en la posición exacta de las ciudades. E inyectamos esa molécula en nuestro cuerpo. Inmediatamente se ordenará, de tal manera, que consuma el mínimo de energía posible. Si extraemos entonces la molécula y la analizamos. Nuestro cuerpo acabará de resolver un problema que un ordenador, a día de hoy, no puede hacer.
No sé a vosotros; pero a mí me parece acojonante.
No te ha dado por ponerte muy profundo y algo puñetero para escribir a las 9 de la mañana? No te enfades con el pequeño Punset!! Yo creo que él llama instinto a esa herencia genética que se ha labrado a lo largo de miles de años y que te lleva a tener respuestas que, en realidad, no has pensado racionalmente. Y las corazonadas a las que se refiere son ese algo indefinido que te lleva a decantarte por uno u otro lado de la balanza cuando la información racional de que dispones no define ninguno de los caminos. Es decir, que cuando se ha agotado el proceso racional y no has llegado a ningún puerto, tu cerebro echa una moneda al aire y mira a ver si ha salido cara o cruz… El nombre es lo de menos.
Muy interesante el problema del viajante… pero yo no entiendo ni papa de combinaciones.
Sí, del éxito también se aprende. También es verdad que sólo se deja de progresar cuando uno llega a ser tan vanidoso y prepotente que cree que no tiene capacidad de mejora en un ámbito determinado.
«El sabio de verdad reconoce que no sabe nada», decía no sé qué filósofo griego, creo que Platón. Por mucho que se sepa siempre se puede saber más, por muy bueno que se sea en algo siempre hay capacidad de mejora. Es como lo que cuenta el anuncio de Nike del Cristiano Ronaldo, que dice: «El día que me crea perfecto, dejaré de serlo» o algo así.
Mezclar a Cristiano con Platón es algo sui generis, pero me ha venido a la cabeza. En fín…
[…] Pero como se basa en el pasado para interpretar el presente, no me convence, y como Atenea habló de ello, paso directamente al siguiente escalón: la […]