Allí, sentados en una escalera, en una noche de verano, con la brisa fresca de septiembre y nada más que hacer que compartir sus pensamientos:
– Ella: Dirás que me pongo melodramática, pero creo que es la peor noche de mi vida… Se ha ido, ¡joder!, se ha ido… y no he podido hacer nada para evitarlo. ¿Qué nos ha pasado para que las cosas cambien tanto?
– Él: Probablemente que tú no has cambiado con las cosas. Además, esas ‘cosas’ de las que hablas no están sólo en tus manos. Hay quien cree que tiene el control de todo en la vida, pero quién no se ha sorprendido de algo que no esperaba. Tú podrás controlar tu cabeza, en cierto modo, y tus acciones, también en cierto modo, no el resultado de ellas o de los pasos que den los demás… Sé que odias esta frase, pero ‘la vida es así’.
– Bli, bli, bli… siempre con lo mismo. Y ¿qué hago entonces?, si no puedo dar nada por cierto… Según tú o me pongo a hacer control mental o me quedo esperando sin mover un dedo… ¡Que te acabo de decir que se ha ido!
– Puedes ver hacia dónde vuela la mariposa y soplar para que el viento empuje en la dirección que deseas. Ya sabes, eso que te conté de que mientras aquí vuela una mariposa en China puede generarse un tornado…
– (ausente) Quizá si hubiera…
– … chs, chs, chs… para, para, para… ‘Quizá si’ es en realidad que no ha sido, ¿no? Pues entonces no puede ser. A ti te gusta la frase esa de no sé qué canción: “nunca es lo que pudo haber sido”…
– Ya, pero es que yo no soy perfecta ni mi vida es tan cuadriculada como tu cabeza… Quiero decir que tengo derecho a equivocarme, a querer rectificar, a pensar en que lo hice bien y no obtuve recompensa o a sentir que lo hice mal y aún podría arreglarlo… Lo que quería decir es que quizá si nos hubiéramos conocido después… No era el momento para mí, ¿sabes? Simplemente, no podía dejarle ver cómo soy.
– Cosas del momento y de las mariposas. Yo también pensé que ‘quizá si…’ una vez, pero no era el momento, no el mío, supongo… y la mariposa se rió de mí en mi cara y me hizo un quiebro absurdo… Sabes que fue así, pero no me lamento por ello porque nunca sabes cuándo llegará ese momento…
– … ni cuándo lograrás que el viento sople a tu favor.
– ¡Eso es!… y mientras el viento sople…
– (respira)… empieza a gustarme esta noche…
(sonríen…)
Homenaje a Sil y a sus post http://elvientosopla.wordpress.com , que tanto ayudan a los que le leen a sentirse humanos, aunque él sea más bien lobuno… (te juro que se me acaba de ocurrir y que ha sido coña, pero me cuadraba como final para la conversación… 😉 )… y no, no es real, copín, que siempre estamos con lo mismo…
Gracias también a los poquitos que seguís leyendo estas sandeces… parece una tontería, pero es como compartir un recodo de mi cabezota con vosotros…
el momento adecuado… el lugar y el momento adecuado, precisamente, no es que sea lo mío… siempre llego o pronto o tarde pero nunca en el momento justo… la historia de mi vida.
de hecho, fijaros que tengo mala pata que yo debería haber vivido en East End londinense en los 60s o en NYC entre 1975-1979 … y estoy aquí en pleno siglo XXI
por otro lado creo que a los seres humanos nos gusta creer que tenemos todo bajo control cuando, en realidad, no tenemos nada bajo control… nuestra capacidad de maniobra en el mundo es mínima… hay tantas variantes… sin embargo esto tampoco tiene que maniatarnos, no hay que dejar de tener aspiraciones, aunque sepas que alcanzarlas no sólo depende de tí.
y sobre lo del error, es mejor errar que quedarse con la duda… equivocarse no sé si es divertido, pero sí es instructivo… el error, la derrota, son más entretenidas que la infalibilidad y el triunfo. y se aprende mucho más.
Nacer en otro tiempo, ein? Yo creo -aunque parezca extraño- que sería más feliz si hubiera nacido y crecido en la época en que lo hizo mi madre, cuando no había Internet y las personas no tenían más remedio que comunicarse cara a cara. Ni siquiera había móviles, así que tenías que ingeniártelas para dejar un mensajito de papel a ese chico que te gustaba porque no te atrevías a decírselo directamente… Sé que por otro lado echaría de menos esos avances tecnológicos -mi blog no existiría, sería un diario o algo así-, pero esa parte de relación humana sí me hubiera gustado vivirla… E ir al baile de los domingos… 😉
Los seres humanos no tenemos casi nada bajo control, ni el trabajo, ni la familia, ni los amigos, ni las parejas… sobre todo lo que tiene que ver con los sentimientos. ¡Si a veces ni nosotros mismos sabemos definir lo que sentimos! ¿Cómo vamos a poder controlar nuestros sentimientos o los de otras personas?
Equivocarse es muy humano y… aunque parezca un absurdo, me he sentido orgullosa de haber metido la pata en alguna ocasión. Si lo viví con el corazón no puedo arrepentirme… sino recordarlo como un paso más del camino….
Asias!
sería imposible que echases de menos los avances tecnológicos actuales, estamos hablando de vivir en otra época no de viajar a ella con la máquina del tiempo jjaja
mis épocas preferidas para vivir, como bien podéis adivinar, están relacionadas con explosiones musicales, tribus urbanas y consumo estético :p